jueves, 31 de diciembre de 2009

Tú renuncias, él renuncia, ¡La política de vacaciones!

Alguien entendió mal. Y entre los que peor entendieron están J.A. Gómez y Pepe Auth.
Sobre todo Gómez, con su emplazamiento post-renuncia. ME-O nunca dijo que llamaría a votar por Frei si los presidentes renunciaban. Al menos, eso entendimos muchos.
Así que en ese sentido, las renuncias de Auth y Gómez tienen, al menos en el corto plazo, cero efecto práctico. Y en el largo, ¡vaya dios a saber! Porque si finalmente la renuncia de un mal presidente significa que asuma uno peor, el "resultado del ejercicio" es negativo. Pero eso, a la larga, lo dirá el tiempo, y seguramente lo dirá mucho después del 17 de enero.
Adicionalmente, el gesto carece de efecto incluso teatral porque de los 4 personajes, seguramente los más resistidos (hoy incluso por sus propias bases) son los mismos que se niegan a renunciar.
Pero lo importante para mi, que no soy simpatizante de la Concertación, precisamente (lo que no implica que le desconozca sus méritos, ¡y menos que sea simpatizante de la Alianza!) es el efecto sobre la política en general, y sobre todo sobre la calidad del debate.
Cuando Lavín comenzó a ser un "producto político" exitoso, se instaló en todas partes el rezo que dice que a la gente no le interesa la "Política", que lo que le interesan son sus preocupaciones particulares del día a día, los que debían ser atendidos por los políticos. Según esta visión, da lo mismo un partido u otro, da lo mismo una mesa directiva u otra, da lo mismo lo que se crea o piense, mientras las cosas "se hagan bien" y se resuelvan "los problemas reales de la gente".
Eso lleva implicito que la calidad de la política es indiferente mientras tengamos educación de calidad aceptable, salud aceptable, combate a la delincuencia, "más y mejores empleos", etc, etc.
O dicho de otra manera, la política es una actividad profesional reservada a una camarilla, de un lado y de otro. El hijo de vecino, el ciudadano de a pie, debe limitar su participación a votar cada cierto tiempo, mostrando así su enojo o agradecimiento porque (no) le solucionaron sus "problemas reales".
Esa idea de los políticos "profesionales" es la que llevó a que ME-O pudiera canalizar, con bastante éxito, su crítica a los partidos de la concertación y todos en general: son instituciones cerradas, poco inclusivas, que niegan el debate y preocupadas sólo del clientelismo y las cuotas de poder.
(No me digan que en la derecha no ocurre, porque apenas lleguen al gobierno se tendrán que repartir los cargos, y ya deben estar pensando qué palabra usar en reemplazo de "cuoteo")
Pero como en nuestro país la mayoría de los políticos son, aparte de tontos, bastante sordos, ayer mismo, post-renuncias, se lanzaron con dos declaraciones que son una muestra de la "cero comprensión de lectura" que los caracteriza.
Primero, Piñera. Interrogado sobre las renuncias de Auth y Gómez, contesta con el discurso perfectamente aprendido de Joaquín Lavín Infante: la política no importa, al electorado sólo le preocupan los "problemas reales de la gente".
No son sorpresivas esas declaraciones en el heredero de Lavín Infante. Lo que sí es sorpresivo es acto seguido aparezca Pizarro, viejo político DC, con unas declaraciones que dan la impresión de haber sido leídas del comunicado de Piñera: "a lo que aspiramos es a interpretar a una gran mayoría de chilenos que no está interesada, o no le importa mucho, lo que pase en los partidos".
Para estos señores, entonces, las críticas a los partidos que se han dejado escuchar todo este 2009 que acaba, ¿no existen? ¿fueron orquestadas por la CIA para desestabilizar un gobierno socialista en América Latina? ¿Son pataletas de "Marquito"?
Definitivamente, muchos de nuestros políticos, además de tontos, son muy, pero muy sordos.

martes, 29 de diciembre de 2009

La que no les resultó

No me gusta escribir este tipo de cosas con chuchadas, pero no queda otra...
Lo de Pepe Auth hoy es, en chileno y no sólo en chileno, una mariconada.
Venir a decir ahora, cuando su candidato agoniza en el suelo conectado a todo el suero que puede producir el stablishment concertacionista, que el método de elección no fue democrático, que pudo tener otro "fundamento de legimitidad" (eufemismo para decir que no tiene legitimidad), y que en resumen fue una designación "burocrática" es, sencillamente, una mariconada.
Pero me sirve para confirmar una sospecha que tengo hace harto tiempo. Más exactamente, unos 4 años:
Ricardo Lagos, siendo un tanque dentro de la concertación, no pudo ganarle en primera vuelta al candidato de la alianza. Joaquín Lavín lo obligó a una segunda vuelta, que el capitán-dedo ganó con los votos de la izquierda hoy ex-extra-parlamentaria.
Primera señal de alerta.
Ahí deben haber asimilado que ganarle a la derecha no era "coser y cantar", y que en la próxima presidencial la verían difícil.
Y para disgusto de los jerarcas concertacionistas, ningún candidato de su estilo "prendía" en las encuestas. Alvear en ese tiempo sólo ganaba un concurso de "igualito a Barney" (¿se acuerdan del chaquetón aquel?), el Panzer no despegaba, y los grillos seguían cantando.
Hasta que apareció la "mujer maravilla", "la Bachelé" como dijo Frei en el foro Anatel.
Definitivamente, la señora no era de su estilo. Tengo la firme impresión que nunca les gustó como candidata (hasta que ganó, claro).
Y tengo la firme sospecha que la mandaron a la pelea pensando que estaba perdida, que la Alianza le pasaría por encima, y que la concertación tendría su propia travesía por el desierto 2006-2010.
Total, si perdía, no faltarían argumentos para explicarlo, y todos los argumentos serían políticamente correctos y hasta nos harían sentir culpables: que perdió porque era mujer, porque somos machistas, somos retrógrados, gorilas, fachos de alma, etc etc etc.
Pero Piñera no se pudo contener las ganas y como si se tratara del negocio de Transbank se subió a la carrera presidencial desordenando el naipe de la derecha y facilitando en algo el triunfo de "la Bachelé".
Sorpresa para los dirigentes de la Concertación. "Siempre supimos que tenía porte de estadista", debe haber dicho indecorosamente más de alguno en una entrevista.
Como dije al principio, esto es sólo una sospecha, una inquietud que he tenido.
Pero cuando cuatro años después escucho a Auth hacer este tipo de declaraciones después de haber elegido al peor candidato de su historia (Frei II es peor que Frei I), y haber visto que el barco no flota, tiendo a pensar que mis sospechas no son tan infundadas.
Ojalá no tenga razón...

Caras Nuevas en Política

Los más conocidos de las estructuras partidistas, los más visibles de los comandos de los candidatos, los voceros más recurrentes no son precisamente lo que podríamos llamar "caras nuevas".
Y en el caso que sean relativamente jóvenes, vienen por lo general con un apellido que demuestra que el partido es casi una "empresa familiar" (hoy lo decía Patricio Navia en twitter: "los 3 sub-50 de comando de Frei (Tohá, Lagos Jr., Orrego) son hijos de políticos").
Hasta hace muy pocos años, a fines de los 80, era muy lógico que los dirigentes de los incipientes partidos políticos fueran señores con aspecto de retrato republicano del siglo XIX: el receso forzado de la política bajo el regimen militar obviamente hizo imposible que surgieran rostros nuevos, y muy por el contrario, alentó que las viejas estructuras fuesen re-organizadas por los más veteranos.
Ocurría además un fenómeno curioso: padres, hijos, primos, como verdaderos clanes, pasaron a ocupar puestos en los partidos o en la estructura del Estado, a veces incluso con cierta transversalidad: el ejemplo más evidente (pero no el único) pueden ser los Piñera: José ministro de Pinochet, Sebastián miembro de la patrulla juvenil de RN, y Polo ocupando cargos varios en los gobiernos de la Concertación.
Las dos alternativas que se me ocurrían en ese entonces eran que:
a)Chile es un país pequeño, que en los 80-90 tenía una tasa relativamente baja de profesionales, y que de esos profesionales debía ser aún más baja la tasa de gente realmente bien preparada y que realmente tuviera vocación de servicio público. Si esos "pocos aptos" aparecían con mayor frecuencia en algunas familias o clanes específicos, era más un problema del sistema en general que de las familias o clanes en particular.
b)en Chile son unos pocos clanes los que tienen los recursos y los contactos para apernarse y apitutarse.
30 años después, entrando ya el 2010, la política sigue ocupada por los mismos de siempre (si no los mismos nombres, los mismos clanes, las mismas familias). Por lo tanto, pareciera que la alternativa correcta era B.
Si bien la premisa básica para la alternativa A pudo ser cierta en aquella época (baja cantidad de profesionales), al cambiar la premisa debió cambiar también todo lo que se seguía de ella.
Pero lo que hemos visto ha sido precisamente lo contrario: pese a que la cantidad de profesionales bien formados, con posgrados y especializaciones, y que además han demostrado a través de una serie de organizaciones su vocación de servicio público, el Estado sigue administrado por las mismas caras de siempre, y los partidos siguen siendo el instrumento de los mismos clanes de siempre.
Los "piñeristas" dirán que la solución es "la alternancia" (que hoy, para ellos al menos, es una condición sine qua non de la democracia). Pero yo no les concedo ni siquiera el beneficio de la duda: lo han mostrado reiteradamente en las directivas de RN y UDI: el poder se sigue repartiendo entre los mismos de siempre.
¿Qué hará falta entonces?
No se pierda el próximo capítulo... "Las consecuencias del 17E"

martes, 22 de diciembre de 2009

La vieja política y la clase media

Un signo notorio de la senectud de la política es su debilidad para imponer su visión, e implantar medidas que revolucionen algún tema. Me explico: un gobierno viejo y asustado de su propio poder puede tener una idea genial que, desde casi cualquier óptica, beneficia al grueso del país, o satisface una necesidad largo tiempo postergada. Pero ni siquiera expone dicha idea porque sabe (o a veces sólo sospecha) que algún otro grupo poderoso (lobbistas, empresarios, gremios variopintos) armará la casa de huifa (como decía mi abuela) y la vieja y cansada política no tendrá las agallas para enfrentarlos.
Todos le han aplaudido a la Presidenta Bachelet el sistema de protección social implementado bajo su mandato. Y los dos candidatos que quedan en carrera han planteado muy ambiguamente, hacerlo extensivo a la clase media. Claro que, como corresponde a una campaña diseñada con la lógica del marketing y no con la lógica de las ideas, se han cuidado muy bien de definir qué entienden por "clase media" y en qué consistiría ese "hacer extensivo".
Veamos. ¿Cuál es una de las principales características en Chile de la "clase media"? Que es sujeto de crédito. Puesto que tiene un ingreso levemente mayor a los que califican como "pobres", y ese ingreso además es relativamente estable, entonces puede disfrutar de los plásticos y créditos de consumo entregados por las más diversas instituciones: bancos, financieras, grandes tiendas.
Mientras las personas "pobres" van al almacén de la esquina a pedir fiado, la "clase media" puede ir a un megamercado (antiguos supermercados donde ahora además venden ropa, electrodomésticos, neumáticos y casi cualquier cosa que se nos ocurra) y hacer las compras del mes en 3 cuotas precio contado.
¿Tiene alguna implicación esto con lo que decíamos más arriba? Por supuesto.
¿Qué hace la "clase media" ante una enfermedad grave (pero no catastrófica)? ¿Qué hace la "clase media" cuando sus hijos entran a la educación superior? ¿Qué hace la "clase media" cuando quiere comprarse una casa, un auto, algún bien suntuoso? Endeudarse. Exprimir las tarjetas, pedir un crédito de consumo.
Alguien contestará que la clase media ha demostrado no tener capacidad de ahorro y por eso debe recurrir al crédito. No vale la respuesta. Porque si uno mira los ingresos de la llamada clase media, y los costos de mantener una familia de 4 o 5 integrantes, sencillamente no sé de dónde se puede sacar dinero para ahorrar.
¿Y qué pasaría en el caso que un gobierno decida ampliar la red de beneficios a la clase media?
Imaginemos un sistema de becas donde se pueda postular a pesar que la familia viva con 800 mil al mes. Imaginemos un sistema de salud (público o privado, es irrelevante), donde el copago de una operación de apendicitis, imponiendo sólo el 7% no sea de más de 1 millón.
¿Quienes se encontrarían en serios problemas? La banca, que ha acumulado este año ganancias estratosféricas considerando además que pasamos por una terrible crisis económica.
Entonces, cuando ese gobierno, sea del sector que sea, decida implementar un sistema de protección para la clase media, los primeros en ir a golpearle la mesa al gobierno (directamente, a través de lobby, por medio de recados, como sea...) van a ser los presidentes de los bancos.
¿Tendrán nuestros gobernantes, hoy candidatos "prometedores", las agallas para cerrarles la puerta en las narices y decirles que los proyectos son por "el bien superior de la nación"?
¿Me permiten una más que razonable duda?

jueves, 17 de diciembre de 2009

El espíritu de la Transición y la Nueva Política

En estos últimos 20 años hemos escuchado muchas veces el anuncio del término de la transición.
Sin embargo, siempre volvemos sobre lo mismo, lo que implica que en realidad nunca ha terminado.
Leía hoy una columna de Juan Francisco Coloane en La Tercera al respecto, donde aparecen una serie de áreas en las que no se ha cerrado la transición. Reproduzco el párrafo en cuestión:
"En la evaluación más somera, [la transición] está inconclusa en varias áreas: la Constitución, los procesos abiertos e inacabados de reparación y justicia a los DDHH, el cierre del binominalismo, plenas garantías de libertad de prensa, ley de amnistía, rectificar las leyes que perjudican al empleado, y reducir al máximo el autoritarismo del estado que se prolonga como cultura después de una larga dictadura. Son algunas áreas".
En la lógica del Sr. Coloane (que es la lógica de muchos, y sobre todo de la Concertación), la transición se cerraría por el solo hecho de alcanzar una serie de objetivos (que programáticamente además pertenecen a la centro izquierda).
Supongamos por un minuto que la Concertación convence a la Alianza de realizar reformas en las áreas señaladas (y en todas las que queramos), ¿qué ocurrirá con la transición? ¿se podrá extender su certificado de defunción?
Creo que ciertamente, no.
Porque el cierre de la transición no puede estar determinado por el grado de avance/retroceso en determinados temas o áreas. Por la sencilla razón que el grado de avance/retroceso será siempre discutible y, peor aún, la lista de temas puede ser fruto de más peleas que las que se han visto en la misma transición.
La transición, cuyo comienzo se señala a fines de los 80, está marcada precisamente por el espíritu de esa época. Y ese espíritu es el de la confrontación entre el "Sí" y el "No", entre los que apoyaban el regimen militar y los que estaban en contra.
Ese espíritu, esa lógica, determinó además la conformación de las 2 fuerzas políticas que acapararon la mayoría de los votos desde el 89 a la fecha, y ese espíritu ha sido además el que les ha marcado el rumbo y el grado de acuerdo que tendrían en diversos proyectos.
La transición, para nosotros, no es el proceso por el cual la Concertación "reforma" el regimen de Pinochet, sino que es la forma que ha tomado el devenir guiado por ese espíritu, el día a día realizado por dirigentes que se han inspirado en esa lógica.
Sin el término de esa lógica, que invoca a Pinochet como un terrible fantasma, o bien como un padre de la patria (hoy silenciosamente, porque ahuyenta votos), no hay fin de la transición posible.
Cualquier reforma, avance o retroceso en los temas que sea, sólo tendrá consecuencias prácticas, pero no impedirá que los dos grandes bloques sigan invocando las mismas diferencias y manejando los mismos códigos de los últimos 30 años.
¿Cómo terminamos entonces la transición?
Es tan simple y a la vez tan complejo... Basta con dejar de hacer política mirando hacia atrás.
Alguien puede tener un altar dedicado a Pinochet en su casa, pero no asumir esa admiración como el marco rector de su actuar político. Alguien puede, al contrario, tener en su casa un rincón con una foto en blanco y negro. Y esa foto puede ser su motivación personal diaria, incluso su fuente de inspiración para seguir ciertos ideales, pero no el marco rector de su actuar político.
Creo que algo de eso se avanzó el domingo 13.
Un 20% de los chilenos votaron fuera de los dos grandes bloques tradicionales en la elección presidencial, forzando una segunda vuelta que hoy es una gran incognita, porque no se sentían identificados y menos aún convocados por Frei o Piñera, sino que se sentían convocados por un joven que, pese a tener una historia personal que podría llenarlo de odios y resentimientos, habla de temas nuevos y de discusiones que trascienden las lógicas a las que estábamos acostumbrados.
Por eso creo que parte sustancial de ese 20% son jóvenes como él, que creen que la política debe ser el luegar para discutir y realizar los sueños.
Ahora, la votación de este domingo no basta para cerrar la transición. Puesto que si MEO no logra formar un referente nuevo, que se desmarque de los dos bloques, sus votantes terminarán dispersos, naufragando y aferrándose a uno de los dos candidatos para no ahogarse. Si en cambio, ese referente se convierte en una realidad operante (y no sólo numérica), y logra hacer jubilar a los Escalona, a los Novoa, a los Larraín y a los Nuñez, y a tantos otros de un lado y de otro, entonces sí podríamos comenzar a hablar, los jóvenes de hoy, del fin de la transición.

martes, 15 de diciembre de 2009

El sistema binominal

En La Tercera de hoy, en su edición digital, aparece una columna de Ascanio Cavallo llamada "El fin de los díscolos", en la que hace un apología del sistema binominal.
Como nuestro sistema electoral es un tema que me preocupa profundamente, había pensado escribir algunas reflexiones al respecto apoyadas por números (principalmente, una comparación entre los resultados del domingo con ese sistema versus los que se habrían producido con mayorías simples). Pero en el sitio www.elecciones.gob.cl no existe un consolidado de datos, y no he tenido tiempo de copiar/pegar todos los números que se necesitan para esa tarea.
Sin embargo, me parece que la columna de Cavallo, al contener argumentos que han esgrimido históricamente los defensores del sistema merece una respuesta en detalle, máxime cuando en esta pasada la Concertación, beneficiada en algunos casos por el sistema, seguramente se guardará de criticarlo, tal como ha venido haciendo en estos 20 años la Alianza.
Cavallo se equivoca gravemente al equiparar desaparición con no-representación parlamentaria. Es cierto, como él señala, que todas las entidades formadas en el último tiempo al margen de la Concertación y la Alianza no obtuvieron representantes. Podemos concederle incluso que la votación de estas entidades haya sido minúscula, pequeñísima, irrisoria... Pero de ahí a significar que desaparezcan... Hoy, cuando el rio de las lealtades partidarias y electorales está completamente revuelto, un pescador inteligente y más carismático que Flores, Zaldivar y Navarro podría copar sus redes.
Luego, con un cinismo que enerva, Cavallo se pregunta si el binominal no se habrá fortalecido este domingo o, dicho de otra manera (y aquí el cinismo), ahora nadie se atreverá a atacarlo, porque a nadie le convendrá!!!!
Y se larga con tres objeciones al binominal que a partir de hoy, al menos en los análisis afiebrados de Carvallo, serán "más dudosos":
1. Según él, no es tan cierto que el sistema impida la renovación porque el domingo, de los diputados electos, un tercio es nuevo.
2. No es tan cierto, tampoco, que el sistema no sea competitivo. Cavallo no explica de dónde saca esa conclusión, y sólo se limita a señalar que la nominación (hecha entre 4 paredes por los partidos) es tan importante como la campaña (hecha para los electores, que son quienes debieran decidir).
3. Cavallo considera cierto que el sistema concentre los votos en las dos grandes coaliciones. Lo que no le parece malo, puesto que si lo fuera los electores habrían dejado de votar por las dos coaliciones (!!!!)
Veamos.
El punto 1 se refuta con el punto 2 del mismo Cavallo: El sistema sólo permite la renovación que los partidos determinen en la renovación. Si las directivas de los partidos determinan para la próxima elección que todos los candidatos van a la reelección, la renovación será 0% y Cavallo deberá retractarse de su primer argumento.
Respecto al punto 2, es efectivo que el sistema no es competitivo. Es más, el sistema elimina el debate. Como el mismo Cavallo reconoce, candidato nominado (por la Concertación o la Alianza) es casi automáticamente electo. Entonces, los candidatos no se van a desgastar en un debate serio y profundo que además puede llevarlos a reconocer lo que realmente son. Al revés, los candidatos se mimetizan, esconden lo que los diferencia tratando de captar "los votos del centro", y al final la elección parece una competencia de jingles y carteles.
Y sobre el punto 3, no hay mucho que decir. Hay mucha, muchísima gente, que no quiere ver "perdido" su voto, por lo que termina votando por el candidato "más cercano" a su tienda que tenga serias opciones de ganar. Esa lógica potencia, precisamente a los candidatos fuertes de las coaliciones fuertes. Sin contar además que en muchos casos, por presencia territorial, por recursos económicos, por disponer de los medios, no parecen haber muchas opciones.
Y por sobre lo anterior, ¿qué estímulo tendría hoy un potencial candidato a diputado si por más que se esfuerce y luche, por más que haga puerta a puerta y explique propuestas interesantes, puede quedarse en su casa mascando la derrota que le significa sacar ¡la segunda mayoría!?
A cualquier deportista le parecería, al menos insólito, que dependiendo de las circunstacias, el que llega segundo se lleva medalla de bronce, y el que llega tercero medalla de plata.
Podría finalizar refutando los argumentos históricos del binominal: que ayuda a mantener el orden social, que evita la polarización de las posturas, que ayuda a la gobernabilidad y a la paz social, etc. etc.
Pero la verdad es que como soy adulto, y supongo que mis lectores son adultos, no creo que valga la pena desgastarse con argumentos que asumen que los ciudadanos de este país somos niños en el kinder, o adolescentes en un carrete.

lunes, 14 de diciembre de 2009

La lección no aprendida

Las calculadoras salieron a relucir anoche apenas Rosende terminó de entregar el segundo cómputo oficial.
Piñera con un 44% (voy a usar sólo cifras redondas... no pidan más un lunes en la mañana) y Frei con su magro (muy magro) 29% miran hacia todos lados buscando lo que les hará falta el 17 de enero.
Frei recurre a lo de siempre, a lo que de una u otra forma le ha asegurado la presidencia a la concertación los últimos 2 períodos: los votos de la izquierda extraparlamentaria (que anoche dejó de ser extra... habrá que buscarle nuevo nombre). Con eso llegaría a un todavía magro 35%.
¿De dónde se saca el resto? Obvio, la votación de Marco.
Y meten números a sus calculadoras (los dos, Piñera y Frei) para ver cuánto necesitan de ese hoy codiciadísimo 20%.
Como si se tratara de un negocio más, hablan de tanto por ciento para uno, y tanto para el otro. Como si se tratara de un espacio de mercado abierto para colocar un nuevo producto, hablan de proporciones y características de los votantes (ver post anterior, "Encuestas y neoliberalismo").
Pero anoche fue el festival de la ceguera, en ambos lados.
Frei cree (o quiere hacernos creer que cree) que el proyecto de Marco se parece al de la Concertación, que el lenguaje y las propuestas de Marco son sólo otra forma de decir lo mismo que ese enfermo terminal que es la Concertación. Y Piñera cree que cuando Marco dice "cambio" habla de lo mismo que habla él y de lo mismo que hablaba Lavín hace unos años atrás.
Pero la verdad es muy distinta, y no va a ser fácil para ninguno de los dos capturar los votos de los "marquistas".
Por la sencilla razón que más allá del contenido (que obviamente es muy relevante) hay un tema fundamental que tiene que ver con estilos, con la forma de entender y hacer la política.
Los análisis de mercado que les preparan a los candidatos parece que no les han logrado hacer ver que los votantes de Marco ya no entienden la realidad política en términos cerrados de izquierda y derecha. Y que lo que los tiene cansados es la forma en que la Concertación ha administrado el poder los últimos 20 años, con la complicidad de la derecha.
Piñera y Frei podrán fotocopiar el programa de Marco y ponerle sus estrellas y sus flechas, pero eso no los acercará ni un solo centimetro a los votantes de Marco. Para ello, tendrían que entender que lo que muchos queremos es una Nueva Política para un Nuevo Chile, sin las cúpulas de siempre, sin los patrones de siempre, sin toda esa manada de señores que nos han hecho creer en los últimos 20 años que la política es una actividad profesional para la cual sólo ellos están capacitados.
Pero para entender lo que nosotros, los jóvenes de espíritu de Chile, queremos y aspiramos, simplemente tendrían que nacer de nuevo.
Por eso tampoco entendieron el discurso de anoche de Marco, y probablemente hoy estén pensando que sólo se quiso poner díficil para negociar mejor. Porque en sus cabezas (conectadas sólo con el vientre y el bolsillo, y no con el corazón) no entienden que Chile, definitivamente, cambió, y que con este 20% y con lo que a partir de hoy se haga con él, definitivamente la transición se acabó.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Primer cómputo, primeras lecciones

Acaba de aparecer Rosende en la tv haciendo el primer cómputo.
Y la historia enseña que, con pequeñas variaciones que no alteran mucho el escenario, el resultado final es muy parecido.
Piñera y Frei pasan a segunda vuelta, así que tendremos que esperar hasta enero para saber cuál de los dos bloques que se han venido repartiendo el poder en las últimas 2 decadas va a gobernar los próximos 4 años.
Seguiremos entonces con la democracia secuestrada por la Alianza y la Concertación, independiente de quien gobierne. Seguiremos con las mismas cúpulas de siempre, tomando las mismas decisiones de siempre. Sólo cambiarán (quizás) las 4 paredes entre las cuales se toman esas decisiones.
Pero no es menor que una candidatura independiente, que surgió al margen de, en contra de y a pesar de los partidos políticos hoy haya obtenido un 17,7%.
Si Piñera o Frei pudieran hacerse de ese porcentaje, serían presidente sin mayores problemas. Pero en este caso no se puede hablar de traspaso automático (como sí ocurre con el PC), porque no existe una estructura partidaria detrás de Marco que vaya a obedecer las clásicas "órdenes de partido". Además, Marco quedaría en muy mal pie en caso de hacerlo.
En su lugar, es mucho interesante otra opción. El probablemente mal recordado "camino propio". Que Marco organice y convoque a la gente que lo apoyó, y que forme un nuevo referente democrático y ciudadano que movilice a los jóvenes como lo ha hecho hasta ahora.
Tal vez de esa manera, aparte de la derecha y la izquierda unida (que estuvieron a punto de ser vencidas) se pueda seguir soñando con un nuevo Chile, un Chile Joven y lleno de esperanza. Y aún más que soñarlo, se puede comenzar a construirlo.
¡Viva Chile!

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Encuestas y neoliberalismo

Se da por sabido, se dice como algo obvio, se señala como una perogrullada: "la democracia neoliberal, único sistema político bueno, va de la mano con el neoliberalismo económico, unico sistema bueno".
Y de hecho, ambos sistemas tienden a parecerse y terminan aplicando técnicas de un lado en el otro.
Los políticos creen que ellos son una suerte de producto que cubre alguna(s) de nuestras necesidades, que lo que debiera ser el foro (en el sentido romano) en realidad es un mercado donde se transan propuestas por votos, y que nuestros votos son indicadores del grado de aceptación de sus promesas. Y a veces puede ser peor: puesto que la democracia neoliberal dice no tener más ideología que "no tener ideología", entonces el producto es la persona misma del candidato, y nos destacan sus atributos personales por sobre cualquier idea (o ausencia de idea) que ronde en sus cabezas. El caso más patético, sin duda, es el de Frei: si mañana se volviera a vender el viejo y recordado Zapolio, seguramente vendría en un envase nuevo, con sistema "abre fácil", con colores llamativos y con un logotipo nuevo de letras lindas y modernas. Eso es Frei. El mismo viejo del año 94, sin corbata y haciendo el gesto "lolo" de su mano en la nariz.
Pero también pasa con los otros candidatos, en mayor o menor medida. Los experimentos de la franja de MEO que destacan que es transparente, que sabe escuchar, etc. Piñera mostrando sus mejores facetas y sonrisas (medio diabólicas después de la operación de párpados) y Arrate que parece el tatita buena onda y choro.
Para empeorar lo anterior, están las encuestas.
Las encuestas no sólo muestran una tendencia de voto, no sólo apuntan a predecir cuál será el resultado de la próxima elección (cosa por lo demás no muy útil, si se analiza a fondo).
Las encuestas, a estas alturas, son verdaderos estudios de mercado que hacen estas empresas para los candidatos.
La más esperada de todas, la CEP, en un primera entrega mostró los potenciales resultados en primera vuelta y las potenciales combinaciones en segunda vuelta (o ballotage, como dicen los siúticos)
Pero en esa misma entrega hizo un desglose de cómo se componen los potenciales votos de cada candidato. Si son mujeres, si son hombres, los rangos etáreos, si son urbanos o rurales, etc.
Y en una segunda entrega, hizo ese mismo desglose pero con los indecisos.
En el fondo, hace un análisis del "mercado electoral" (qué chocante expresión) y los candidatos (sus comandos en realidad) pueden pasar varias noches sin dormir pensando cómo capturar ese n% de "mujeres de entre 35 y 45 años de zonas rurales" que están indecisas.
Y es ahí donde ocurren las cosas más insólitas: una idea pérdida en medio de un programa pasa a ser al otro día "eje fundamental". Un valor con el que quizás no se habría transado nunca se convierte en algo que "yo siempre he defendido".
Y esas cosas insólitas pasan a ser imposibles de entender cuando se juntan con la soberbia de dar por absolutamente seguros los votos de "su sector".
El ejemplo más nítido. Piñera sabe que la UDI no votará por Frei, ni por MEO y menos por Arrate. Y sabe que los votos que le faltan no están en la UDI ni en RN sino que un poco más a la derecha (poquitos votos) y un poco más al centro (si es que existe eso que llaman "centro"). Y así, parte donde los militares procesados a ofrecer cosas muy raras que nadie entiende bien, y luego parte a la caza de "los liberales" apareciendo a favor de la unión civil homosexual.
Seamos serios. Nadie en la UDI debe haber estado feliz con esas declaraciones, y la mitad de RN que hace años le hizo la cama al mismo Piñera junto con Allamand y la patrulla juvenil, tampoco. Me imagino las llamadas telefónicas de esa noche:
- Alo?? Sebastián???
- Aloooo (con voz medio temblorosa... el candidato debe estar cansado)
- ¿¿¡¡¡¡Qué ch... te pasa hu...???!!! ¡¡¡¿¿¿Cómo se te ocurre que vamos a legislar uniones homosexuales???!!!
- Tránquilo papá!! con esa frase que me mandé sumamos como 2 votos más. Y tú ya sabes, así mismo hice mi fortuna yo, 2 pesos más 2 pesos...
- Pero no te pasih de revoluciones!!!! tengo la cagá acá en Suecia, con todas las viejas pechoñas reclamando, ya no sé qué decirles para calmarlas...
- Diles que no se preocupen, que en el camino se arregla la carga, y que igual el ministerio del interior y de justicia van a ser de ustedes, así que no hay nada de qué preocuparse. Y ahora buenas noches, mira que se me caen los párpados... Ah no!! verdad que me los sacaron!!
Aparte del caso de Piñera, es vergonzoso ver a Frei y Pizarro contestándole a la Santa Madre Iglesia que ahí también hay homosexuales y ¡peor aún! pedófilos. Vergonozoso no porque sea mentira (que no lo es), sino porque la DC (y Pizarro es DC), siempre le ha llevado las de abajo a la iglesia, o al menos a cierto sector de ésta.
Ojalá que la próxima vez que hagan una encuesta sólo tenga una pregunta "¿por quién votará usted?" y no permita saber si es hombre, mujer, del norte, del campo, gay, lesbiana, ABC1, D, profesional o analfeto.
A ver si así los candidatos dejan de parecer Zapolio en un nuevo envase. ¡Y rinde más!

jueves, 19 de noviembre de 2009

Un poco de desorden

Para no parecer (y para no ser) tan graves en la vida, propongo 1 minuto de desorden.
Se reciben propuestas creativas en temas de contingencia nacional e internacional (por ejemplo, campaña electoral, clasificación de Francia, paro de los profesores, bomba en metro Baquedano, etc.)
Para comenzar...
Propongo a Maradona embajador de Chile en Perú, para que conteste los dichos de Alan García.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Foro Anatel

Acaba de terminar el foro Anatel, que por lo que tengo entendido será el último encuentro televisivo de los cuatro candidatos antes de las elecciones del 13 de diciembre.
Se ha dicho que estos foros no son relevantes, que las personas que los ven ya traen decidido su voto, por lo que sólo sirve para reafirmar sus convicciones.
Ahora, ¿qué hubo de nuevo en este debate?
Primero, la constatación de la decadencia del periodismo. En la ronda inicial, los periodistas parecían querer lucirse "pillando" a los candidatos en lugar de tocar los temas que permitan saber qué proponen en realidad, qué distingue finalmente a un candidato del otro. Y en la ronda final, simplemente se tomaron vacaciones: que hagan las preguntas los mismos candidatos. Curiosamente, los candidatos que podrían haber perseguido hacerse daño, ponerse mutuamente TNT en los zapatos, hicieron (quizás sin quererlo --¡seguramente sin quererlo!) la pega de los periodistas: se dieron reciprocamente la ocasión de explayarse más en los temas serios.
Segundo, que ésta es la elección de la izquierda. Hay tres candidatos de ese sector, y uno que desesperadamente trata de parecerlo. Y es claro, ya lo hemos dicho antes: si la pelea es por ese desconocido sector de "indecisos", hay que correr la menor cantidad de riesgos posibles, y de yapa quizás llegar a parecerse un poco a la Presidenta Bachelet, a ver si chorrea algo de su alto porcentaje de apoyo. Lo que lleva incluso a ocultar la identidad propia, a esconder quién se es: ministros gay, lo de los militares como algo que en realidad es para todos los chilenos, etc.
Lo tercero, y que de algún modo está relacionado con lo anterior, es la vaciedad de contenidos de los dos candidatos hoy mayoritarios. Piñera no tiene nada seguro hoy. Frei puede pasar a segunda vuelta pero no gana en el balotaje. Entonces, ambos están obligados a captar votos de aquella nebulosa llamada "centro", pero como no pueden ser radicales por miedo y cálculo electoral, están obligados a hablar generalidades, a promesas vagas, a discursos, finalmente, vacíos.
En cambio Arrate y MEO aprovechan un poco más el espacio para plantear efectivamente ideas. Es cierto, la televisión no es el mejor lugar para hacerlo, y a veces ambos parecen no decir nada porque no alcanzan a cerrar el discurso, pero desde las primeras palabras de ambos se intuye que ahí hay algo más que en los discursos de Frei y Piñera.
A Arrate le juega en contra que siempre termina por quedar la impresión que los planteamientos son los mismos de siempre de la izquierda extraparlamentaria (pareciera una fotocopia del programa de Hirsh, de Marín). Y termina además por enredarse (como siempre le pasa a la izquierda extraparlamentaria) con temas como Cuba, Venezuela y otros similares.
A MEO le juega en contra que el tiempo no alcanza para decir todo lo que quisiera, y por lo tanto a veces pareciera no decir nada. O, peor aún, pareciera contradecirse. En todo caso, para Iván Valenzuela y para quien le haya quedado la duda, despenalizar el aborto no implica estar a favor del aborto. Desgraciadamente, en un tema como ese, los matices son tantos y tan profundos, que en un minuto, ni aunque MEO hablara el doble de rápido...

¿En conclusión?
Creo que va quedando demostrado día a día que la Concertación y la Alianza han secuestrado la política en Chile, han sepultado el verdadero debate y se han enfrascado en 20 años de administración del poder (sí, también se puede administrar el poder desde la oposición). Y que ese debate secuestrado se puede volver a abrir con ideas, con sueños, con valor. Eso es lo que están haciendo Arrate y MEO, y creo que hoy por hoy son los únicos que realmente pueden convocar a los jóvenes (jóvenes de carné o jóvenes de corazón) que todos los días se despiertan y trabajan con sueños, anhelos y esperanzas por su futuro y el de sus familias, y no con los pobres ideales del "vientre y el bolsillo" (citando una vez más a Huidobro).

Recta final

Desde el retorno de la democracia, el discurso político ha estado supeditado a la "urgencia" televisiva: cualquier personero, funcionario o candidato debe decir la frase exacta que dure 5 segundos para poder aparecer en pantalla. Si alguien se toma 5 o 10 minutos para sintetizar una propuesta (entiendo que ese tiempo es insuficiente para detallarla inteligentemente) y no es capaz de "entregar" a las cámaras esos 5 segundos-resumen, simplemente no aparece en pantalla. Lo que hoy por hoy, es la muerte política.
No es necesario ser experto en comunicación saber que en ese tiempo no hay ninguna posibilidad de exponer planteamientos, críticas serias, debatir profundamente.
Y los políticos han tenido la patudez de quejarse de aquello.
Los debates televisados pretenden subsanar esto en alguna medida, y darle espacios a los candidatos para explayarse con un poco más de tiempo. Así, de los 5 segundos pasamos a 1 minuto o 1 minuto y medio para contestar una pregunta. Pregunta que muchas veces es interesada, predecible o mal intencionada (en el sentido que buscar "poner en aprietos" al candidato, meterle el dedo en alguna llaga).
Sin embargo, ese tiempo generalmente se ve desperdiciado, muchas veces con alusiones a los otros candidatos.
La franja televisiva debiera hacer otro aporte similar. En el caso presidencial, el tiempo se ve astronómicamente aumentado a ¡5 minutos! Por dios, la de cosas que se pueden decir en 5 minutos.
Y sin embargo... Sin embargo, en general el tiempo es aprovechado en hacer algo parecido a un comercial de televisión, pero de peor calidad.
Mucha apelación a los sentimientos, mucha repetición de las mismas 2 o 3 frases que ya les hemos escuchado hasta la saciedad en cuñas televisivas, y pocas, pero muy pocas nueces.

¿Dónde está la causa de esto?
En general, creo que los políticos chilenos le tienen pánico a la "Política". Les encanta la chimuchina, la pelea chica, la discusión de conventillo (con todo el respeto que me merecen los pocos tristemente hermosos que van quedando); pero rehuyen los temas importantes, los que hacen eso que alguien por ahí llamaba "Gran Política". Profundizar en esto da para un texto aparte, así que de muestra, un solo botón: los problemas de DDHH, y en general todo lo que tiene que ver con el pasado se deja a un lado, se aparta, o se envía a los tribunales de justicia.
Por otro lado, descontando ese miedo a lo Político, está el secuestro de la democracia por parte de la Concertación y la Alianza gracias al sistema binominal. Ambos han administrado el poder estos últimos años, y ambos han mantenido sus cuotas de electores. Lo que queda por pelear entonces es un electorado "indeciso", un 20% aproximado, que en realidad nadie conoce, y que tampoco nadie quiere conocer, y que por comodidad todos identifican con "el centro".
¿Pueden entonces Frei o Piñera salir en TV con propuestas "duras" de sus sectores?
Como lo que está en juego es el sillón de O'higgins, mejor no correr riesgos, y las propuestas desaparecen para dar paso a las promesas vagas. Y mientras más vagas, mejor. O, más triste aún, ofertazos. Porque claro, ¡a quién no le gusta que le regalen cosas! (desde bonos hasta educación "de calidad" gratuita)

Y digo "Frei o Piñera" porque siendo realistas, Arrate no tiene nada que perder, porque en realidad no tiene nada que ganar (gracias, I.F.), excepto un par de puntos adicionales para hacer más entretenida la negociación para la segunda vuelta. Y eso le permite explayarse un poco más, y darle más contenido y sustancia a su discurso.
Por el lado de MEO, no me queda claro: puede percibir como ganancia cualquier cosa sobre el 0% con que partió en esta carrera, o puede comenzar a sacar la calculadora pensando que pasa a segunda vuelta y compite con Piñera, teniendo serias opciones de terciarse la banda. Y en ese último caso, lo más probable es que cambie la palabra "sueño" por "promesa".

miércoles, 11 de noviembre de 2009

El día después de la CEP

Antes de cualquier consideración, hay que anotar dos cosas: Primero, como dicen los perdedores, las encuestas son sólo una fotografía del momento. Segundo, este país se mueve a una velocidad tan exasperantemente lenta, que la foto final nunca sale muy corrida.
Ahora bien, entre tanto número, ¿qué podemos sacar en limpio?

Los medios destacan el alza "estadísticamente significativa" de Arrate. En realidad, no hay nada que destacar: Arrate está llegando a las cifras que tradicionalmente ha manejado la izquierda extraparlamentaria en las elecciones presidenciales. Nada más. El problema es que en encuestas anteriores no se notaba porque aparecía Navarro levantando algunos votos.
MEO debe estar sacando cuentas alegres por un lado, y haciéndose el harakiri por otro: crece y crece (basta con mirar el gráfico). Pero el ritmo al que lo hace seguramente no le permitirá llegar segundo en diciembre. Lo más triste para él, es que si logrará pasar a segunda vuelta sería, según la CEP, mucho más competitivo que Frei frente a Piñera.
Destacable es el hecho de su valoración personal. Sigue en alza, y la gente pareciera creerle más a él que a los otros candidatos, y sin embargo, la intención de voto en su favor no refleja ese aprecio. Al parecer, muchos creen que "no da el ancho".
Frei sigue en caída libre. Alguien podría bromear diciendo que menos mal que las elecciones no son en junio de 2010, porque entonces sacaría menos votos que Arrate. La verdad es que eso no ocurrirá, por las razones que expondremos al final.
Y Piñera... con su lógica de empresario, debe estar preocupado en el fondo: si bien gana en primera y en segunda vuelta, no debe ser muy gratificante para él ver sus acciones bajando día a día. Probablemente (no es seguro) sea el próximo Presidente de Chile, pero no será un triunfo por paliza, como pretendían a principios de este año.

¿Y en el fondo?
En el fondo, la CEP muestra que los dos candidatos mayoritarios hoy sólo se mantienen en pie por el "electorado duro" de sus respectivos sectores, que se quedaría huérfano en caso de no apoyarlo (¿por quién podría votar alguien de derecha, que históricamente ha votado por Pinochet, por Büchi, por Alessandri, por José Piñera, por Lavín, sino es por Sebastián? ¿por quién votaría un DC tradicional si no es por Frei? ¿por quién votaría un PS si no es por Frei, a menos que quiera arriesgar un cachamal de Escalona?)

Son los simpatizantes de siempre (que no militantes, porque la tasa de militancia en Chile es irrisoria), que votan por el candidato que les pone el partido y que no tienen tiempo/ganas/capacidad de sentarse un rato a pensar. Son esos votos los que mantendrán a Frei en torno al 30% y evitarán su aterrizaje forzoso (o desplome vergonzoso).

¿Y MEO? Es díficil pensar que un 19% de intención de voto sea sólo fruto del desencanto. Si alguien está desencantado con la Concertación o con la Alianza (Coalición que le dicen ahora, para que Flores y Schaulsohn -o como se escriba- no se sientan tan abochornados) aparece en el famoso "NS/NR", para finalmente terminar en la urna votando por su sector de siempre. A menos que alguien logré re-encantar ese desencanto. Y eso es lo que al parecer MEO estaría consiguiendo.

El día después de la CEP le deja varias tareas a los candidatos:
A los dos candidatos mayoritarios, darse cuenta que con el mismo discurso de estos últimos 20 años, no seducen. Que con ideas viejas, aunque las pongan en odres nuevos, no despertarán el entusiasmo de quienes anhelamos un nuevo país.
A Piñera, darse cuenta que su estrategia de los últimos meses lo ha llevado a una verborrea inconsistente que sólo le asegura los insuficientes votos de su sector.
A Frei, reflexionar largamente sobre el gesto en su nariz. Con esa actitud de esquizofrénico que se enoja por "exceso de farándula" y termina haciendo ese gesto de escolar no atrae ningún otro voto que no sea el de los concertacionistas a quienes MEO no convence. Y termina por demostrar que es sólo un títere de sus asesores. ("Eduardo, riete... Eduardo, ponte serio... Eduardo, bromea... Eduardo, Eduardo, Eduardo...")
A MEO, demostrar que lo suyo no es sólo la rabieta de un adolescente, y que sí es posible soñar, y -más importante aún- es posible gobernar con sueños.
Y a Arrate, comprar una botella de champaña por si en una de esas -quizás, puede ser, may be, tal vez y sólo tal vez- obtenga más votos que Gladys Marín el 99.

¿Bicentenario?

Faltan menos de 300 días para celebrar 200 años de independencia.
Y lo que se ha echado de menos es la discusión en torno a la situación actual del país, y al país que soñamos y queremos levantar en la próxima centuria.

Quizás pequemos de ignorantes y en realidad esa discusión se esté llevando a cabo en ámbitos más privados, en cuartos cerrados entre actores que terminada la charla guardan sus anteojos y se van a sus casas con la conciencia tranquila por haber hecho su aporte al futuro.

Pero si eso está ocurriendo, y de esa manera, sólo demuestra que el problema es aún más agudo: es precisamente ese debate el que debiera ser más público, el que debiera marcar más presencia, el que debiera aparecer al menos en una hoja de los diarios, en una mención de los noticieros, en un discurso de nuestras autoridades, en un punto del programa de los candidatos.


La explicación de esa "apatía" del público por estos temas está en el discurso que nos han venido entregando estos últimos años: las ideologías, los sueños, las utopías, han muerto; y sólo nos queda trabajar todos los días en pro del crecimiento económico, y sólo nos queda votar cada ciertos años por quienes administrarán ese crecimiento. El resto, son sólo ilusiones juveniles.


Pues bien, ¡eso es precisamente lo que queremos!

Queremos tener de nuevo ilusiones juveniles; soñar una vez más con un país que no existe excepto en nuestros corazones; alimentarnos todos los días no sólo de pan, sino también de esperanzas de futuro; mirar a nuestros hijos pequeños sin angustia, sabiendo que lo que estamos haciendo no es sólo asegurarles un miserable patrimonio familiar, sino construyendo las condiciones para que ellos también vuelvan a soñar.


Porque ya es tiempo de darnos cuenta que quienes nos dicen que las ideologías han muerto también tienen sus pobres ideologías, como el libre mercado y esta burla de democracia binominal. Porque ya es tiempo que todos estos señores que han administrado el poder de uno y otro lado, de la Concertación y de la Alianza, de la izquierda y la derecha, vayan a ocupar sus lugares en los libros de historia, y dejen que nosotros, los jóvenes nos hagamos cargo sino de administrar su fundo, al menos de soñar cómo queremos que se vea.


Como decía Huidobro en su Balance Patriótico, que se vayan los viejos sin más ideales que el vientre y el bolsillo, y que comencemos a ocupar nosotros los espacios que nos corresponden.

Porque nos merecemos un Chile con utopías, con sueños, con discusiones y con debates. Nos merecemos un Chile que sea más que una tropa de comerciantes que administra su "negocito".


Nos merecemos un Chile nuevo, nos merecemos un Chile Joven.