lunes, 11 de enero de 2010

Por qué voto NULO

La reacción de muchos cuyo candidato no pasó a segunda vuelta fue señalar que votarían nulo.
Obviamente, cuando alguien decide sustraerse a una elección ya no es mucho más lo que puede opinar, por lo que dicha opción tiende a autosilenciarse rapidamente. Y hace que se escuche más fuerte aún el otro discurso que ha surgido en estos días: votar nulo es votar por Piñera, o dicho de otra forma por Rodrigo Medel en La Tercera (¿para no pelearse con los piñeristas por lo frontal?), "El voto nulo no existe".
Por lo tanto, el voto nulo ha quedado desvalorizado frente a la opción de un voto útil o estratégico, que impediría el arribo al poder del archirrival, del Señor Oscuro. O, buscando un argumento salomónico, el voto nulo queda descalificado por no ser justo, por castigar más una opción en lugar de otra (columna de Medel y algunos twitter de hoy de Fernando Paulsen).
Partamos por el final.
El razonamiento de Medel se reduce a que, si en términos matemáticos proyectamos las votaciones de Piñera y Frei al 100%, uno queda con un 60% y el otro con un 40%. El voto nulo entonces sería un castigo mayor para Frei que para Piñera.
Dicho argumento reconoce un inmovilismo de los electores que personalmente me molesta: las votaciones de Frei y Piñera en primera vuelta se mantendrán consistentes, y nadie que haya votado por uno u otro cambiará su preferencia el 17E. Pero si se quiere asumir un inmovilismo de los electores, ¿por qué no asumir entonces otro inmovilismo? A saber: históricamente, los votantes de la izquierda ex-extra-parlamentaria han votado por el candidato de la concertación en segunda vuelta; y a eso se suma que el díscolo candidato ha insistido en su nula posibilidad de apoyo a Piñera.
Efectivamente, Sr. Medel, en el mundo abstracto de los números, un voto nulo puede significar un rechazo mayor a Frei que a Piñera, si y sólo si todos los votantes de Arrate y MEO votarán nulo. En cambio, en el crudo mundo de la política y realizada la repartija de adhesiones post-13D, la proporción de castigo para ambas candidaturas tiende a emparejarse. Entonces, si bien no podemos decir que el voto nulo castigue exactamente en un 50% a cada uno de los candidatos, sí podemos decir que el porcentaje tenderá a ser similar.
El otro argumento de descalificación del voto nulo es la tentación del voto útil o estratégico.
Señora, Señor, vote por el candidato X para que no gane el candidato Y (Su versión más ruidosa viene del mundo de la concertación, llamando a votar por Frei para que no gobierne la derecha, pero también lo he leído en muchos blogs, comentarios y twitter por el otro lado: vote Piñera para que no siga la "corruptación", u otros epítetos similares).
La realidad política nos hace preveer que cualquiera de los dos candidatos, en caso de resultar electo, se presentará a sí mismo como un triunfador, y no como el portavoz del castigo hacia su rival.
Es decir, ambos gobernarán con la ilusión que sus ideas (si es que las tienen) captaron más adhesiones que el contrario.
¿Qué pasa entonces con quienes no creían en las propuestas (o ausencia de éstas) de un candidato y votaron por él para evitar al rival? ¿Podrán ir al día siguiente a la Moneda a exigir algo de su electo presidente? Ciertamente, no.
De hecho, hagamos un ejercicio falaz pero que sirve para graficar lo anterior: Frei mantiene su 29% de "adhesión", pero gana la presidencia. ¿Cómo? Sumando un 22% de voto castigo a la derecha. ¿Cómo podría Frei hacerse cargo de ese 22% de electores? ¿Cómo podría representarlos? ¿Cómo podría decir desde el balcón de la Moneda, que escuchó el mensaje de ese 22%? No tiene forma de hacerlo. Pero mucho más grave aún: ¿qué validez tiene su votación total? ¿podremos considerar que su programa de gobierno para los próximos 4 años ha sido aprobado por la ciudadanía? De ninguna manera, puesto que los electores ni siquiera lo estarían prefiriendo a él por sus ideas, por sus propuestas, ni siquiera por ser el "mal menor" (expresión de por sí bastante chocante en una elección presidencial). ¡Lo estarían votando por ser el no-otro!
Y con el candidato de la Coalición ocurre exactamente lo mismo: ¿cuánto de su votación en primera vuelta no habrá sido precisamente de castigo a la concertación? o, dicho a la manera concertacionista, ¿cuántos derechistas que no quieren a Piñera habrán votado por él por ser "el mal menor"?
Si ese es el fundamento de nuestras elecciones, nuestra democracia entonces se habría convertido sencillamente en una vergüenza. Y conste que no estoy pidiendo un candidato que me represente al 100% (que creo no existe), sino un mínimo de ideas que provoquen en mí al menos un mínimo de entusiasmo por votar a favor de él.
A eso se suma la solución de Paulsen de hoy expresada en twitter: si te da lo mismo quien gobierne, tira una moneda dentro de la urna y vota por uno de los dos, igualando así las posibilidades.
Esta "cantinflesca" solución podría ser válida para alguien a quien efectivamente le da lo mismo quién gobierne. Pero, ¿qué ocurre con aquellos a quienes no nos da lo mismo quién gobierne Chile?
A partir de todo lo anterior, resumo entonces mis razones por la que votaré NULO el próximo domingo:
1. En primer lugar, no me siento convocado por el proyecto político de ninguno de los dos bandos.
2. Ambos candidatos me merecen severos reparos, que a diferencia de los de Patricio Navia, no se desvanecen con una garantía que parece mensaje de twitter.
3. Ambas coaliciones han mantenido la política alejada de la ciudadanía gracias al binominal, y en vista de los resultados de la última elección, ninguno de los dos bloques se esforzará por suprimirlo (basta preguntarle a Fulvio Rossi y Pepe Auth).
4. Ninguna de las dos coaliciones representa el sueño de un país nuevo que enfrente los desafíos pendientes y los que traerán los próximos 100 años de nuestra existencia.
5. No voy a avalar a ninguno de los dos en su sensación de triunfo después del 17E. Mi voto no es por el "mal menor".
6. No me preocupa que mi voto de castigo sea matemáticamente injusto. Primero porque de acuerdo a lo ya señalado, la proporción de inequidad del castigo tenderá a desaparecer, y segundo porque mi castigo, en este caso, es hacia un sistema anti-participativo más que a las personas de los candidatos (que también me merecen reparos, como ya dije).
Por todas esas razones, votaré NULO este domingo.
Creo que con más tranquilidad de conciencia con la que alguien votará por Frei contra "la derecha facha" o con la que alguien votará por Piñera para "desalojar a la corruptación".

1 comentario:

  1. Gracias a la vida, porque todavía hay gente que piensa en este país!!

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